viernes, 19 de junio de 2009

Dimes y diretes del proceso de estatización

Por Mario de Otazua

Las distintas estatizaciones llevadas a cabo por el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela sin duda han dado de qué hablar. El último renglón escrito en esta historia es la revuelta que se generó tras el anuncio público y sin aviso a tres empresas dependientes de Techint de que serían estatizadas: "Hagamos ese plan de un sólo gran complejo industrial integrado. El sector briquetero, nacionalícese. No hay nada que discutir”, expresó desde el palco el mandatario bolivariano disparando una nueva polémica.

El anuncio fue respecto a las empresas Tavsa, Comsigua y Matesi pero como Chávez “no aviso” antes su decisión a los empresarios, en un principio les resultó poco creíble. Al ver la seriedad de la situación, distintos altos cargos de Techint cargaron contra el mandatario venezolano. “Pienso que el presidente está continuando con su política de estatizar todas las empresas privadas de este país, con o sin razón" dijo el ex director de la ya nacionalizada Sidor, Alfredo Rivas Lairet, en una entrevista para la BBC. El académico consideró además que la expropiación de las tres siderurgias es “el golpe final que se le da a la economía en Guayana" y criticó el manejo de la Siderúrgica del Orinoco luego de su traspaso a manos del Estado.

Aldo Ferrer, director de Siderar (filial local), sumándose a la resignación de los empresarios argentinos, explicó que “si la decisión de nacionalizar del gobierno venezolano es irreversible, tiene que pagar la compensación que corresponda conforme al derecho internacional”, y agregó: “Mucho más que eso no se puede hacer, por ello lo fundamental acá es la compensación”.

Mientras tanto, Luis Betnaza, director de Asuntos Públicos de Techint, se mostró atónito: “Estamos absolutamente sorprendidos. Ya habíamos tenido la experiencia de la nacionalización de Sidor y parecía que ése era el último de este tipo de accidentes en ese país”, y sumó: “Esto condiciona la relación entre la Argentina y Venezuela”.

Las declaraciones de Hugo Chávez también tuvieron rápidas repercusiones entre las cámaras empresarias argentinas. La Asociación Empresaria Argentina (AEA) manifestó “su profundo rechazo a esta nueva estatización de empresas argentinas del grupo Techint” mientras que la Unión Industrial Argentina (UIA) comunicó su repudio a una nueva nacionalización. La Asociación de Bancos Argentinos (Adeba) no dudó en calificar la medida de “arbitraria”argumentando que “lesiona intereses legítimos de una empresa argentina pacíficamente radicada en la hermana república de Venezuela”.


Uno de los argumentos de Chávez en su defensa de las estatizaciones es el traspaso de todos los trabajadores al cuidado del Estado. Sin embargo, dirigentes petroleros en Zulia han venido denunciando que no todos los trabajadores relacionados con las compañías expropiadas tendrían garantizados sus empleos después de las nacionalizaciones. “Hay 35.000 trabajadores en la costa oriental (Zulia, oeste) y sólo 8.000 van a ser absorbidos. Hay 22.000 trabajadores sin garantías dijo Bernardino Chirinos, dirigente del Sindicato de Trabajadores Petroleros del estado Zulia (oeste) en declaraciones publicadas por el diario El Nacional.

También, según una nota de la BBC-Online, se ha comentado que: “las expropiaciones cumplirían con el doble propósito de estatizar sectores básicos de la economía y de resolver la situación de deuda -estimada en más de US$ 10.000 millones- en que se encontraría el país con las proveedoras de servicios por causa de un desbalance en las cuentas derivado de la caída del petróleo” hecho que dejaría ver alguno de los motivos reales en el plan del presidente de Venezuela.

Por otra parte, (ojo con esto: un sondeo no refleja la opinión del pueblo venezolano, sobre todo si se desconoce la calidad de la consultorasegún un sondeo del Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD), un 61,8% de la población rechaza las intervenciones efectuadas por el gobierno de Chávez.

No se dice ni en chiste

Pocos días después del aviso de estatización de Tavsa, Comsigua y Matesi, el presidente Chávez se reunió con su par brasileño, Ignacio Lula Da Silva. De dicha reunión se filtró el comentario en que el venezolano habría dicho que “seguiría estatizando empresas con excepción de las brasileñas”. La acotación privada se habría dejado oír por un error del sistema de traducción múltiple que los periodistas no dejaron escapar.

Esto perturbó muchísimo al gobierno argentino que, si bien goza de una muy buena relación con la dirección venezolana, no pretendía dejar el comentario librado al azar. La presidenta Cristina Kirchner salió este miércoles a pedirle explicaciones a su verborrágico par venezolano que respondió a través de un comunicado de prensa primero y luego con declaraciones.

El comunicado adjudicó el comentario a un simple chiste. Por su parte, Hugo Chávez luego acusó a los medios argentinos de utilizar esta "broma" para lanzar una "campaña de difamación" contra su gobierno.


Mientras tanto, el ministro del interior Florencio Randazzo dijo estar “conforme con la respuesta de Venezuela”. El gobierno venezolano ratificó, en un comunicado del ministerio de Relaciones Exteriores, “todo su respeto y su confianza por el pueblo argentino, por su gobierno y por los empresarios argentinos, con quienes nos une una relación estrecha y de trabajo productivo".

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