viernes, 19 de junio de 2009

El Estado presente

Por María Laura Agostinelli

Que la presidenta sabía pero no dijo nada. Que no va a mover un dedo para defender los intereses de las empresas nacionales en el extranjero. Que hay que reconsiderar la posibilidad de que Venezuela sea miembro pleno del Mercosur. Que la prioridad ahora es obtener una buena indemnización por las estatizaciones. Que era una broma eso de que Chávez seguirá nacionalizando empresas “excepto las brasileñas”... el reciente batacazo nacionalizador del Estado venezolano sobre tres empresas que el grupo Techint operaba en su suelo, generó todas estas polémicas en nuestro país, y no faltaron quienes magnificaron los alcances de las medidas en medio del clima preelectoral.

“Hagamos ese plan de un solo gran complejo industrial integrado colectivo. El sector briquetero (y siderúrgico), nacionalícese. No hay nada que discutir”, dijo el presidente venezolano el 21 de mayo por cadena nacional. Y así, la siderúrgica TAVSA y la procesadora de briquetas Matesi, donde Techint tenía participación mayoritaria, y la siderúrgica Comsigua, donde poseía una porción menor de las acciones, pasaron a manos del Estado bajo control obrero. http://criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=24808 (8/6/2009)

La medida tomó por sorpresa a los directivos del grupo Rocca, quienes se enteraron por los medios de la resolución. La empresa venía de cerrar las negociaciones de la indemnización que Venezuela debe pagar por el 59,7% de las acciones de la Siderúrgica de Orinoco (SIDOR), que le expropió en mayo del año pasado. La cifra acordada, recién en mayo de este año, fue de 1.970 millones de dólares, de los cuales el Estado venezolano ya entregó 400 en efectivo.

Sin embargo, el clima distendido pos-acuerdo volvió a tensarse tras estas nuevas nacionalizaciones. Y es que Cávez no deja de sorprender a los directivos de Techint. En nada se parece a ese militar de segunda línea que Paolo Rocca y su mano derecha, Luis Betnaza, conocieron antes de que asumiera la presidencia y que, una vez en ejercicio, los incentivó para que incrementaran sus inversiones y alentaran a otros sectores a hacer lo mismo. El idilio duró hasta que Néstor Kirchner cumplió su mandato, luego, Chávez avanzó con su plan de control estratégico de recursos energéticos. http://criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=24808 (8/6/2009)

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